La diabetes tipo 2 es una enfermedad crónica que ha ido en aumento impulsada por el incremento de la obesidad a nivel mundial. Afecta cada vez más a personas jóvenes, incluyendo adolescentes y niños.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Harvard reveló que consumir el equivalente a dos tercios de una manzana o un tercio de una taza de frutas variadas al día puede ayudar a prevenir y controlar la diabetes tipo 2. Esto se debe a que las manzanas, así como otros frutos rojos, uvas y té, contienen flavonoles, compuestos que pueden mejorar la presión arterial, el colesterol y los niveles de azúcar en sangre.
Además, las manzanas verdes son particularmente beneficiosas para las personas con diabetes, ya que tienen un índice glucémico más bajo que las rojas, lo que significa que su azúcar se absorbe más lentamente en el torrente sanguíneo, evitando picos de glucosa.
En resumen, incorporar manzanas, especialmente las verdes, a la dieta diaria puede ser una estrategia efectiva para prevenir y controlar la diabetes tipo 2.